Es así como artistas de toda índole, desde lo nuestro como Leonor Varela hasta la misma Pamela Anderson, han sido parte de campañas en las que se protege a los animales. Por supuesto que también hay personas más "serias" que han intentado de reflejar la cruda realidad por la que atraviesa nuestro planeta. Al Gore por su parte (ex candidato presidencial de EEUU) fue reconocido a nivel mundial por su documental "Una incómoda verdad", en la que se evidenciaron los daños del calentamiento global y la responsabilidad que tenemos para evitar que esto siga ocurriendo. Incluso hasta el mismo Michael Jackson fue un fuerte activista (por razones obvias no era de ir a protestas), el tema Earth Song no necesita mayor explicación y en su último concierto dedicó una parte a crear conciencia. Con estos pocos ejemplos encima de la mesa, podemos entender por qué usar piel de animal como vestimenta por ejemplo, es algo no tan bien visto. Primero quedas como una personas retrógrada y das a entender que no te importa el medio ambiente (incluso la industria de Disney se encargó de dejarlo en claro con la película "101 Dálmatas").
Quizás por lo expuesto me sorprendió, molestó y me causó vergüenza ajena la excusa con la que Carola Parsons defendió su abrigo de piel. Porque una cosa es decir abiertamente que te importa un moco el ecosistema y privilegias la moda ante todo pero otra muy distinta es argumentar, "es ecológico, son chinchillas de cautiverio que no se estresaron, es peor comer carne de pollo porque ellos viven a oscuras".

Si fuera por esa excusa, todos podríamos usar las pieles de osos, zorros incluso hasta de un guaren bajo el concepto de "criado en cautiverio, sin estrés para luego convertirse en tu prenda favorita".
La culpa de tanta estupidez en esa declaración, no es sólo de ella sino que también es compartida con el diseñador de abrigo, sólo que en vez de haber aceptado pudo haber dicho que no.
Y usted estimado lector, ¿Usaría piel de animal sólo porque se crió en cautiverio?
Da para pensar.