domingo, 11 de octubre de 2009

NOS VAMOS DE SAFARI


Por lo general no acostumbramos a logros deportivos tan grandes, no gozamos de un reconocimiento mundial constante por nuestras hazañas y pocas veces obtenemos triunfos que nos engrandecen el alma. Pero cuando esto ocurre, cuando nuestro país se da a conocer al resto del mundo por aspectos positivos, cuando conseguimos un primer lugar (o incluso segundo), cuando nos llega la clasificación, simplemente armamos un carnaval.
Es que estas pocas oportunidades que nos da la vida las disfrutamos a concho, no existen divisiones ni rencores. Por un momento el país se paraliza y todos somos iguales, somos chilenos, nos queremos y más que nunca nos sentimos orgullosos de serlo. Estamos al fin del mundo, nuestra geografía peculiar nos mantiene alejados, pero lo de ayer nos logró unir como en muchos años no ocurría.
Lo de ayer marcó historia, rompimos nuestra mala racha y después de 12 años Chile clasificó a un mundial. Es probable que los 90 minutos de la tarde del 10 de octubre sea recordada por mucho tiempo, un grupo de jóvenes jugadores dirigidos por un "Loco" nos hizo soñar, nos emocionó y nos ilusionó cuando más lo necesitábamos.
"Chile al mundial" es lo que se escuchó en todas partes, no existió rincón de nuestro país que no gritó los cuatro goles, que no estalló con el pitazo final del partido. Anoche estuvimos de fiesta y es probable que dure por muchos días, el ánimo de la gente cambia y no es capricho decir que el fútbol es el "opio del pueblo", después de todo momentos como estos nos hacen más felices.
Cuatro goles aseguraron el pasaje de ida, cuatro anotaciones que gritamos con el corazón. Ya fuera con la familia, amigos, en la calle sin importar cómo, nadie se quiso perder el partido, es que momentos así se deben vivir y no escuchar.
Desde el mundial de Francia '98 que no seguía tan atehnta las clasificatorias, como dijo ayer Claudio Palma, es un deporte en el que nos gusta autoflagelarnos. Por muchos años nos acostumbramos a decir y escuchar comentarios como "Chile es un mal equipo, así no llegaremos a ninguna parte", sin embargo esta vez la historia cambió. Esta selección derrotó a Perú en su propio estadio, no tuvo problemas con la altura en Bolivia, por un par de minutos logró empatarle a Brasil con dos goles, le ganó a Paraguay como visita y como olvidar ese gol de Fabián Orellana contra los argentinos.
Esta clasificación se logró sin calculadora, fue mérito propio. Aunque no por eso no dejó de ser sufrida, sin embargo de no haber sido así ¿No hubiese sido menos sabrosa?
Hoy un país entero le agradece a un plantel y cuerpo técnico, pero por sobre todo a un entrenador que nos cambió la mentalidad de ser mediocre, un argentino que nos demostró que querer es poder.

¡Sudáfrica prepárate, que la marea Roja se va de safari!