jueves, 13 de marzo de 2008

Y otra vez

No despierto con el cantar de los pájaritos, sino que con el celular que a las 5:50 empieza a entonar Sing de Travis, ya no miro por la ventana para encontrar el sol radiante tan sólo una pequeña estrella sobre la cordillera es mi compañía matutina, mi cama dejó de ser el mejor lugar para dormir, ahora cualquier asiento disponible del bus lo será. Cambié el paisaje veraniego y el azul del mar por el gris del concreto, el murmullo de las olas quedarón atrás y dieron paso al ruidoso Transantiago, las caminatas sin sentido fueron reemplazadas por las carreras al paradero, los vendedores de artesanía y palmeras se extinguieron y aparecieron los ambulantes con el chocolate de turno y el "chocolo a cien".