Es que nuestros políticos son seres comunes y corrientes igual que nosotros, ellos sienten, si se pinchan lloran, si ven algo gracioso ríen a carcajadas, se equivocan. Ellos también tienen problemas como usted señor y señora.

Es cosa de preguntarle a nuestro Presidente de la República, Sebastián Piñera Echeñique (si el nombre lo hace ver como un ser superior por sobre la raza humana, basta escucharlo en algún discurso. A pocos días de haber asumido el mando y entre la presión que significa tomar un país en medio de una crisis, los nervios lo traicionaron y habló de los efectos del tusunami, concediéndole a los medios una joyita para el recuerdo. Ante el error y notar que no podía pronunciar tan complicada palabra, decidió optar por hablar del maremoto, sin embargo todo se vino al carajo cuando habló del marepoto. Nuestro Presidente sufre de problemas de pronunciación. Quién puede culpar al Zafrada y al Cisarro entonces, dos ejemplos totalmente alejados del gran problema que presentamos los chilenos.
Otro episodio que nos hace recordar la humanidad de quienes manejan el país, fue el intercambio de palabras entre Evelyn Matthei y Andrés Allamand. Ante el amurramiento de Allamand al no haber sido nombrado en algún cargo público por Piñera, decide enrostrarle que debe vender Chilevisión (acto que nadie discute en realidad).



Y finalmente, la razón de por qué decidir esta columna, el escándalo del matrimonio del momento; Fulvio y Carolina. Si no sabe de política se preguntará quién carajo es cada uno, pero si es lector de LUN los recordará por la portada de Fulvio con cara de "pena". Fulvio Rossi ya era un político bastante llamativo por su apariencia para algunos medios, que por los proyectos o propuestas que pudiera dar a conocer, pero toda esa fama de "niño bonito" se fue a la punta del cerro luego de que Carolina Tohá anunciara su bajada a la presidencia del PPD (doble CHAN). Su motivo fue simple, no encontraba prudente que dentro de un matrimonio ambos presidieran partidos de una misma coalición, hasta dicha declaración todo bien pero cuando se habló que ella fue la primera en postularse, que a él no le importaba que ambos fueran presidentes, rápidamente Fulvio Rossi, quedó como el malo de la película. Lo mejor vino cuando se habló que él se fue de la casa, que ya no se hablaban y para rematar la entrevista que aparece en El Mercurio hoy, deja en claro que hasta en los matrimonios más serios pueden sufrir sus crisis.
En resumen si usted pensaba que los políticos no sufrían y no sentían, se equivoca porque a pesar de esa imagen tan omnipotente y superior, se esconde un pobre ser con tantos problemas como usted y como yo. Así que la próxima vez que los vea pasar por su lado, no los odie y sea amable con ellos, a lo mejor su sonrisa puede arreglarles el día.