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Definitivamente el cierre del Santiago se trató de la Pequeña Gigante y la visita su tío Escafandra.
El fin de semana del 30 de enero, todos nos convertimos en enanos literalmente y nuestra alma de niño salió a flote, la visita de aquellos personajes revolucionaron la capital y nos hicieron sentir por tres días que la magia podia ser posible. Los medios festinaron con las imágenes de miles de personas aglomeradas en los diversos puntos de la capital, todos esperaban lo mismo, poder contemplar la grandeza de aquellos personajes que llegaron, niños, padres, comerciantes e incluso los perros callejeros fueron parte del show.
Sin embargo, pocos pudieron ver más allá. Santiago fue una fiesta, las personas se tomaron las calles, todos vistieron de colores y las sonrisas en los rostros se hicieron habitual por un par de horas, pero lo más bizarro e incluso hasta bello de la jornada fue la alegría de muchos al ver al guanaco lanzar agua para capear el calor. Sí, hablo del mismo guanaco que se encarga de dispersar manifestaciones, lanzar agua de dudosa procedencia, ése que es capaz de apuntar directamente a cualquier protestanet capaz de cruzarse por su camino. Ese mismo vehículo, tan imponente y de color verde, simplemente se ubicó frente a la Universidad de Chile (como si la situación no puediera ser más extraña aún) y simplemente lanzó su chorro. En mi vida vi a la gente tan feliz por esa acción, los niños reían, grande sy chicos alzaron sus manos para pedir más e incluso no faltó quien se tomó fotos parada junto a él posando con una gran sonrisa. Tan extraño fue lo que vi, que creo que no olvidaré a una joven que simplemente gozó con el agua que cayó sobre ella, si hasta le gritó "GRACIAS" a quien lo manejaba, algo para la historia...
Es que lo que ocurrió el fin de semana pasado, será más allá de una visita de dos gigantes que revoluciaron la capital por un par de días. La alegría y el contexto que significó es difícil que se vuelva a repetir, caminar por las calles y que todos te sonrían y ayuden si estás perdida, es digno de un cuento de fantasía a lo más estilo de Tim Burton.
Santiago por un fin de semana se llenó de enanitos y se convirtió en una fiesta, una celebración que trajo consigo las escenas más bizarras que pudimos imaginar.
2 comentarios:
no dudo que la pequeña gigante sea tremenda producción cultural, de lo que dudo es del enfoque que los medios le dan al asunto.
jaja, que buena. Como andaba de vacaciones, no había leído blogs y no cachaba que habías escrito de esto. Fue bonito igual. Yo pasé desde el elqui, y camino a valdivia, por stgo sólo para ver a los gigantes. los vi de lejitos, pero igual me gustó participar ;)
Saludos y nos estamos viendo, loquilla
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